Restauración Piña de Luces "Leonelli".

Este modelo de piña (en este caso perteneciente a la Ducati Cadet) tiene ya una apariencia muy clásica para la época (recordemos que el ciclomotor data de 1.970) y es un modelo de la marca “Leonelli” realmente bonito. Consta de botón de pare, claxon y palanca/mando de luces. Como curiosidad en sus dos patillas aparecen grabadas las leyendas “Leonelli” y “Barcelona”.

La piña a restaurar estaba totalmente reventada: la base plástica deshecha, la parte metálica cortada y agrandada (seguramente para albergar un “apaño” de mando de luces mayor), la palanca plástica responsable de las luces brillaba por su ausencia... ¿qué hacer entonces, comprar nueva o restaurar?. Cierto que esta pieza es posible encontrarla en el mercado sin demasiada dificultad, pero me he decidido a restaurarla por varios motivos, más que nada porque recuperar piezas deshauciadas me parece que es la esencia de la afición y además porque cuanto más se restaura más aprende uno.

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Parte metálica cortada y agrandada.

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Base plástica, sin comentarios!!

Total que tuve que echar mano de otra piña idéntica (“Leonelli”) perteneciente a una Puch X-20 (el modelo verde) que tenía por ahí suelta y que también estaba bastante perjudicada. En definitiva, la idea era sacar una piña en perfecto estado de otras dos maltrechas, por aquello de aprovechar las piezas y devolverles su función original.

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Ejemplo de Puch X-20. Como se aprecia en la foto, esta amotico compartía el mismo modelo de piña que la Cadet.

Comenzando la restauración:

a) La parte metálica.
La perteneciente a la Puch aparecía fea y algo oxidada pero sin vejaciones (aprovechable), aunque carecía del botón del claxon (color granate), con lo cual, en primer lugar le di un buen repaso (por dentro y por fuera) con distintos cepillos metálicos de la “DREMEL” hasta que el metal quedó libre de impurezas, y después abrillanté el cromo con los útiles específicos para ello más la pasta de pulir de la “DREMEL” hasta que recuperó su brillo. Ya para dejarla completa “extirpé” con mucho cuidado el botón granate de la parte metálica de la Duca y lo incorporé en su nueva ubicación, aprovechando para engrasar un poquito ambos botones por aquello de la suavidad al tacto y de funcionamiento.
Por la parte interior aplique “Oxinó” con un pincel finito por las láminas de hierro remachadas a la caja para que no se oxiden.
Decir también que los botoncicos de plástico, primero los limpié bien y después los pulí con los útiles específicos para ello más la pasta de pulir de la “DREMEL” hasta que recuperaron el color y brillo originales.

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Foto de ambas piezas. La de la derecha, ya terminada y con el botón del claxon añadido.

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Aquí se aprecia claramente la abertura de fábrica y la "artesanal".

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Otra vista de la pieza ya completa y terminada.

Bien, pues con todo esto la parte metálica ya está lista.

b) La base plástica.
Totalmente destrozada la original, recurrí a la perteneciente a la Puch. El único “inconveniente” que tenía era que ¡le faltaba un buen pedazo!, y además en una zona clave. Limpieza inicial con cepillo de dientes/pincel + alcohol para desengrasar sin atacar al plástico. Acto seguido, encinté todo lo que no quería que fuera pintado (también para conseguir un mejor ajuste entre pieza metálica y base plástica) y lijé toda la pieza con una “gomaespuma SUPERFINE”.
Para aportar el material necesario recurrí al “Nural 21”. Este pegamento en principio está indicado para metales, mientras que para plásticos existe otro específico, el "Nural 92", translúcido y con mal olor, pero nunca me ha dado el mismo resultado que el "21", incluso con plásticos ( ). Una vez seco lo tallé mediante limas finitas con mucho cuidado (y durante bastante tiempo) hasta replicar la forma que tenía la pieza en un principio.

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En gris el trozo que faltaba.

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Finalmente para devolverle el color y el lustre originales pinté con “Negro Satinado Sintético” de automoción (un par de manos finitas). Eso si, tuve que volver a lijar y pintar pues descubrí un poro.

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Aquí el poro ya reparado.

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Como se que el tema de la pintura interesa mucho, dejo foto del bote. Esta se diluye con disolvente y no lleva catalizador. Se utiliza sobre todo para para pintar bajos de coches.

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Como no podía limpiar correctamente los orificios de la base, aún a pesar de soplar con aire comprimido, recurrí al truco de los útiles de limpieza de la pistola aerográfica. ¡Mano de santo!.

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Los terminales y sus tornillitos aparecían descoloridos y con algún que otro depósito, de modo que los cepillé uno a uno (con mucho cuidado de no perderlos) mediante los cepillos metálicos de la “DREMEL”, ¡pero ojo!, solo con los cepillos de latón (color amarillo) para no dañarlos. Así, un buen contacto entre ellos y los cables está asegurado.

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A la hora del montaje en el manillar, el borde circular en contacto con éste (por donde asoma la palanca de luces) apunta hacia la maneta de embrague mientras que el borde con el hueco cuadrado (el roto) aloja la camisa que aglutina todos los cables. Curiosamente esta zona cuadrada es la que ha sufrido roturas en ambas bases plásticas, imagino que debido a una mala posición de la camisa con los cables y a un apriete excesivo, plástico contra metal.

Estupendo trabajo Condorman, has dejado claro que todo es recuperable. ¿Para cuando comienzas la fabricación de relojes?

Has realizado un gran trabajo Condomar, además de una gran paciencia que tienes, también tienes unas buenas manos y has consegido dejar la llave de luces como nueva, cuando casi todos la hubieramos desechado por averiada.

Gracias por la ilustración, te felicito.

Muy buen trabajo,tanto de realización como de explicación.
Enhorabuena

Muy buen trabajo Jose.. Muy bueno.. Por cierto como acabo aquel tema de la Mymsa?? Encontré una foto de la de mi abuelo y era muy similar a la tuya..

Un abrazo!

Fenomenal Trabajo Condorman!! con utensilios de cirujano como el bisturi. Si señor ,para que luego digan de las restauracónes son trabajo basto
Salud

Gracias a los colegas por el aprecio del post y los ánimos.

Ksione: La moto está en trámites de documentación y pre-ITV. Hey, pásame si puedes la foto de la del abuelo para que le eche un vistazo.

Bueno, continuemos:

c) Palanca/Mando de luces.
Desaparecida en combate en la pieza original, de nuevo aproveché la que estaba en la piña de la Puch, pues su estado era muy bueno. Esta palanca se ve un poco sobredimensionada respecto a la piña en general, imagino que será así para facilitar su manejo. Lo único que hice fue limpiar las partes metálicas con los cepillos de latón de la DREMEL y limpiar/abrillantar la parte plástica a máquina (esponja de nido de abeja) y pasta de pulir carrocerías.
Observación: ¡Ojo con el tema de pulir plásticos viejos!. Hay que probar en una esquinita antes de liarse a fondo, pues algunas pastas junto con útiles de pulido demasiado duros y el calor que produce el rozamiento pueden deshacer el material. Por ejemplo en el caso de los botones apliqué la pasta de DREMEL y fue perfecta, sin embargo en esta palanca no fue así ya que deshacía el material. De ahí que cambiara de técnica de pulido.

Eso si, a la hora de montarla en la base plástica, un poquito de grasa en el muelle y vástago para que funcione con suavidad.

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En ambas fotos, en la zona superior aparece la pieza original incompleta y abajo ya todo el conjunto completo y terminado. He hecho hincapié en que aparezca el despiece de todo, pues ya sabéis que los manuales no son muy exactos en este sentido. Desde luego para quien tenga este modelo de piña y quiera cotejar algo, creo le vendrá muy bien.


d) Patillas y Tornillería.
Un cepillado suave con los cepillos metálicos de la DREMEL y lima de rebabas ha bastado para dejar todo correcto, limpio y brillante. Eso si, he tenido que insistir algo más con las limas en la cabeza del tornillo debido al sufrido uso de destornilladores inadecuados. En este caso, como detalle curioso y “vintage”, el tope del tornillo y la tuerca no son los típicos hexagonales sino del tipo “barrilete”, diseñados así para encajar perfectamente en los huecos de las patillas. ¡Arriba los detalles!.

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O.K., ok, pues ya está lista y acabada la piña “Leonelli”.

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Hay que ver, que contraste entre las horas que ha llevado todo hasta llegar aquí y lo rápido que se lee la crónica de la restauración...

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¡Qué bonita es!. Vamos... ¡vuelve a la vida, pequeña!.